Si has escuchado hablar de Parma, probablemente ha sido por dos razones: el famoso queso Parmigiano-Reggiano y el jamón de Parma. Y créeme, estos dos manjares locales merecen todo el reconocimiento. Pero antes de que salgas corriendo hacia la tienda más cercana en busca de un trozo de parmesano, déjame decirte que esta ciudad tiene mucho más que ofrecer. Desde su impresionante arquitectura renacentista hasta sus verdes parques, Parma es un destino en el que la cultura y la gastronomía se mezclan a la perfección. ¿Listo para descubrirlo?
La Catedral de Parma: Donde el arte religioso te deja boquiabierto
Comencemos por lo más espectacular, la Catedral de Parma. Este gigantesco edificio románico es una obra maestra que no puedes perderte. El exterior ya te deja sin aliento, pero el verdadero show está dentro: el fresco de la Asunción de la Virgen, pintado por Correggio en la cúpula. Para que lo entiendas, imagina mirar hacia arriba y sentir que el cielo literalmente te está cayendo encima. Es uno de esos momentos en los que te preguntas: “¿Por qué no soy yo un genio del Renacimiento?”. Pero bueno, mientras sigues reflexionando sobre tu falta de talento para la pintura, asegúrate de admirar las columnas y capillas, que también son dignas de aplausos (o de una buena selfie, si me entiendes).

El Baptisterio de Parma: La torre rosa que no esperabas
Justo al lado de la catedral, te encontrarás con el Baptisterio de Parma, un edificio octogonal de mármol rosa que parece sacado de un cuento de hadas, o de una pastelería muy cara. Este monumento es tan bonito que te hará reconsiderar tu relación con el mármol. Construido entre los siglos XII y XIII, es uno de los mejores ejemplos del arte románico-gótico en Italia. Por dentro, las pinturas y esculturas representan escenas bíblicas que te harán sentir un poquito culpable por no haber prestado atención en la catequesis. No pasa nada, ¡todos hemos estado ahí!
El Palacio de la Pilotta: Donde los duques jugaban a lo grande
Parma no es solo arte religioso. El Palacio de la Pilotta es una de las visitas obligadas si te interesa la historia y el poder. Construido por los duques de Farnesio, este enorme complejo alberga museos, una biblioteca y hasta un teatro (del cual hablaremos en un minuto). La Pilotta se llama así porque en sus patios jugaban a un deporte parecido al tenis, pero con más elegancia y probablemente más oro en sus raquetas. Hoy, en lugar de ver a los duques en acción, puedes disfrutar del Museo Arqueológico Nacional, la Galería Nacional y, por supuesto, el Teatro Farnese.

Teatro Farnese: Donde las óperas eran eventos de alto riesgo
Hablando del Teatro Farnese, este lugar es una joya de la arquitectura teatral. Imagina un teatro construido completamente en madera en el siglo XVII, con capacidad para más de 4,000 personas. ¿Qué podría salir mal, verdad? Aunque fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial, fue reconstruido y hoy puedes visitarlo para apreciar su majestuosa belleza. Solo piensa: las antiguas representaciones incluían auténticas batallas navales en un escenario lleno de agua. Sí, lo leíste bien. Ya puedes dejar de quejarte de las entradas caras para el cine.
El Parque Ducal: Porque incluso los reyes necesitaban una siesta
Después de todo este tour artístico, seguro que necesitas relajarte un poco. Y no hay mejor lugar para hacerlo que el Parque Ducal. Este enorme espacio verde era el lugar donde los duques de Parma se paseaban y hacían lo que hacen los duques (probablemente planear cómo comer más jamón sin engordar). Hoy en día, el parque es perfecto para dar un paseo, hacer un picnic o simplemente descansar bajo la sombra de un árbol. Consejo de experto: lleva contigo un buen trozo de parmesano y un poco de jamón de Parma, porque no hay mejor forma de vivir la vida que comiendo en un parque histórico.
El Palazzo del Governatore: El reloj que lo controla todo
En la Piazza Garibaldi, te toparás con el Palazzo del Governatore, cuya fachada está adornada por un reloj astronómico que parece decir: “Aquí el tiempo es relativo, pero igual disfruta”. Este edificio, del siglo XVIII, ha tenido muchas funciones a lo largo del tiempo, pero ahora se usa para exposiciones de arte contemporáneo. Porque, claro, después de todo ese arte renacentista, necesitas algo que te haga cuestionar lo que significa ser moderno.


Conclusión
¿Por qué Parma debería estar en tu lista?
Porque si amas el queso, el jamón, la buena vida y no te molestan un par de frescos impresionantes, Parma es el lugar para ti. Esta ciudad es mucho más que un nombre en la etiqueta del parmesano; es un destino donde la historia y la cultura te envuelven, pero sin el exceso de turistas de las grandes ciudades italianas. Además, si después de todo este recorrido te sientes un poco más sabio, felicidades: ¡te lo mereces! Solo recuerda: nadie sale de Parma sin una maleta llena de queso.