Si creías que ya habías visto todo lo que Italia tenía para ofrecer, es porque probablemente no has visitado Bari. Y si estás pensando: “¿Bari? ¿Eso no es solo un puerto?”, prepárate para ser iluminado. Esta encantadora ciudad portuaria, situada en la región de Puglia, es el tipo de lugar que combina lo mejor de la magia e historia, la arquitectura y, por supuesto, la comida (porque, vamos, ¿a quién no le gusta un buen plato de pasta?). Así que agárrate, porque estás a punto de conocer Bari como nunca antes lo habías imaginado.
La Basílica de San Nicolás: ¿El verdadero Santa Claus?
Comencemos con el lugar más famoso de la ciudad, la Basílica de San Nicolás. Sí, has leído bien: San Nicolás, o como lo conocemos en occidente, Santa Claus, está enterrado aquí. Así que si alguna vez te has preguntado dónde pasa sus vacaciones el barbudo de traje rojo, es en Bari. O bueno, lo que queda de él. Esta basílica, construida en el siglo XI, es una joya de la arquitectura románica y un lugar de peregrinación para católicos y ortodoxos por igual. Aquí puedes admirar la magnífica estructura, rezar o, por qué no, pedirle un regalito navideño anticipado a San Nicolás. Y si te sientes generoso, puedes dejarle tu carta en persona. Aunque, cuidado, los elfos no trabajan en esta sucursal.

El casco antiguo: Donde perderse es parte de la experiencia
El casco antiguo de Bari, conocido como Bari Vecchia, es como un laberinto encantado. Sí, claro, podrías pensar que perderte entre sus callejones estrechos es una molestia, pero no en Bari. Aquí, cada esquina es una sorpresa. Puedes encontrar señoras mayores haciendo orecchiette (sí, esa deliciosa pasta con forma de oreja) en plena calle, balcones cubiertos de ropa tendida y paredes que cuentan mil años de historia. Es la versión italiana de un safari urbano, solo que en lugar de leones y jirafas, te encontrarás con la auténtica vida italiana.
¿Quieres un consejo? No sigas ningún mapa. Simplemente deambula, siéntete como Indiana Jones descubriendo un tesoro. Solo que en este caso, el tesoro podría ser una pequeña trattoria con la mejor pasta que hayas probado en tu vida. O un bar donde el espresso te haga reconsiderar la necesidad de dormir.
El Castillo Normando-Suevico
Porque todo gran puerto necesita una fortaleza.
Claro, toda ciudad que se respete tiene un castillo. Y Bari no es la excepción. El Castillo Normando-Suevico, que suena como un título de película medieval, es una fortaleza imponente construida en el siglo XII. Es un recordatorio de que Bari no solo era un puerto clave en la Edad Media, sino que también sabía cómo lucir elegante mientras se defendía de los invasores. Explorar este castillo es como volver en el tiempo, solo que sin la molestia de los caballeros de armadura pesada y las pestes medievales.


Además, si eres un amante de las vistas, sube a lo alto de las murallas para obtener una panorámica espectacular de la ciudad y el mar Adriático. Te sentirás como un rey (o reina) observando tu reino, solo que con menos responsabilidades y sin la presión de liderar un ejército.
La comida: El verdadero motivo para visitar Bari
Vamos a lo que realmente importa: la comida. Si pensabas que ya habías probado buena comida italiana, espera a llegar a Bari. Aquí, el mar Adriático provee el pescado más fresco que puedas imaginar. El risotto alla barese, con su mezcla de arroz y mariscos, te hará considerar seriamente quedarte a vivir en la ciudad.
Y no podemos olvidar la focaccia barese, una variante local que viene cargada de tomates frescos, aceite de oliva y un toque de sal marina que te transporta directamente al paraíso. ¿Dietas? No en Bari, amigo. Aquí el lema es “come, reza y repite”.
Playas: Porque una ciudad portuaria sin playa no sería digna de Instagram
¿Cansado de tanto caminar? Bari tiene la solución: la playa de Pane e Pomodoro. Sí, el nombre parece sacado de un menú, pero es una playa real. Aunque no es la más grande ni la más espectacular de Italia, es perfecta para relajarse después de un día explorando. Y lo mejor de todo, ¡es gratuita! Así que saca tu cámara, porque una puesta de sol en el Adriático no tiene precio (bueno, ni likes suficientes).

Conclusión
¿Por qué Bari?
Porque es Bari, y punto. No es Roma, no es Florencia, no es Venecia, y eso es precisamente lo que la hace especial. Es una ciudad mágica que no se toma demasiado en serio, pero que tiene todo lo que necesitas para enamorarte de Italia sin el estrés turístico. Así que la próxima vez que pienses en una escapada italiana, olvídate de las grandes multitudes y dale una oportunidad a Bari. No te arrepentirás.