Si estás buscando el próximo destino para fardar en Instagram o impresionar a tus amigos (y, por qué no, a ti mismo), te presento a Hvar, la isla más cool del Adriático. Con sus aguas cristalinas, una vida nocturna que podría competir con Ibiza y un toque de historia para que no digan que solo viajas para la fiesta, Hvar lo tiene todo. Vamos, que si la conoces, te sentirás como un auténtico conocedor de las islas del Mediterráneo. ¿Listo para descubrirla?.

El puerto de Hvar: Yates, glamour y muchas ganas de ser millonario
Lo primero que verás al llegar a Hvar es su puerto, y lo que te encontrarás allí puede dejarte con la mandíbula en el suelo (o directamente replanteándote tus decisiones de vida). El puerto de Hvar es el lugar donde los ricos y famosos atracan sus impresionantes yates mientras tú, con un poco de suerte, llegas en un ferry más modesto, claro. No pasa nada, ya sabemos que ellos también se lo curran para tener su dosis de lujo, y tú puedes disfrutar del espectáculo desde la comodidad de una terracita con tu cerveza o copa de vino.



Pasea por el puerto, admira los barcos y las tiendas de marcas que probablemente ni puedas pronunciar y, si te apetece, simula que estás esperando a que te recoja un amigo en uno de esos yates. Aquí, soñar es gratis. Y qué decir de las vistas: entre los barcos, las casas de piedra y el azul intenso del Adriático, te sentirás como en una postal.
La Fortaleza Española: Un castillo para los que quieren vistas de infarto
No te preocupes, no todo en Hvar es yates y lujo. Para ganarte tu momento cultural, sube hasta la Fortaleza Española, una fortificación que domina la ciudad y que ofrece unas vistas impresionantes de la costa y las islas Pakleni. Sí, hay que subir una buena cuesta, pero oye, piensa en ello como tu entrenamiento diario. Además, una vez que llegues, no solo te recompensarán las vistas, sino también la sensación de superioridad sobre todos los turistas que decidieron quedarse abajo. Ellos se lo pierden.
La fortaleza fue construida en el siglo XVI para proteger la ciudad de ataques piratas, así que mientras contemplas el paisaje, puedes imaginarte cómo era defender la isla en esos tiempos. Spoiler: seguro que no había ni un solo cóctel a mano.
La Plaza de San Esteban: Tomando algo con historia
De vuelta en el nivel del mar, te encontrarás con la Plaza de San Esteban, la plaza principal de Hvar. No esperes una de esas plazas caóticas y abarrotadas de las grandes ciudades; aquí todo es más chill. Rodeada de cafeterías, restaurantes y la catedral del mismo nombre, la plaza es el sitio ideal para sentarse, pedir una bebida y contemplar la vida pasar. También puedes echar un vistazo rápido a la Catedral de San Esteban, que con su mezcla de estilos renacentista y barroco es, como dirían los críticos de arte, “muy mona”.
¿Que no te interesa mucho la historia religiosa? No te preocupes, en Hvar todo está tan bien integrado que puedes disfrutar de un vino mientras finges que te fascina la arquitectura. Al final del día, todo el mundo sabe que lo que cuenta es disfrutar.



Islas Pakleni: El lujo natural que no necesita filtros
Si lo tuyo son las playas y el mar, no te puedes perder las islas Pakleni, justo frente a la costa de Hvar. Estas islas son un paraíso natural, con playas escondidas y calas donde el agua es tan clara que parece que estás nadando en una piscina gigante (pero sin el cloro y las aglomeraciones). Puedes alquilar un barco o, si te sientes menos aventurero, coger un taxi acuático que te dejará en las playas más populares.
Lo mejor de las Pakleni es que puedes elegir entre estar rodeado de gente en algún beach club de lujo (donde no faltan los cócteles y la música) o encontrar una cala remota donde sentirte como un Robinson Crusoe moderno. Ah, y no olvides sacar mil fotos, porque si no subes nada a las redes, ¿realmente has estado en Hvar?.
Vida nocturna: Porque dormir es para débiles
Hvar no solo es famosa por sus paisajes y su historia. Cuando el sol se pone, la isla se transforma en un paraíso para los noctámbulos. Los beach clubs como Hula Hula son ideales para empezar la fiesta viendo el atardecer, con música en vivo y una atmósfera que invita a quedarse hasta que el cuerpo aguante. Y si crees que eso es todo, estás equivocado. Después de las fiestas en la playa, la acción se traslada al centro de Hvar, donde bares y discotecas mantienen las puertas abiertas hasta el amanecer.


Ya te lo digo yo: no vas a dormir mucho en Hvar, pero lo que te lleves será una colección de recuerdos increíbles (y probablemente un par de ojeras).
Conclusión
Hvar, la isla que lo tiene todo.
En resumen, Hvar es una mezcla perfecta de lujo, historia y diversión. Es el lugar donde puedes pasar la mañana en una fortaleza medieval, la tarde en una playa paradisíaca y la noche bailando hasta que salga el sol. Y, lo mejor de todo, todo esto ocurre en un entorno que parece haber sido diseñado exclusivamente para postales y fotos de ensueño. Así que, si buscas un destino que te haga sentir como un VIP sin romperte el bolsillo (demasiado), Hvar te espera.