12 Destinos con Tasa Turística más alta
¡Madre mía, qué tropelía! Si pensabas que lo de viajar era solo hacer la maleta y tirar millas, ¡cuidado! Que el mundo moderno te tiene preparada una sorpresita en forma de “tasa turística”. Esa pequeña puñalada al bolsillo que, según ellos, es para mantener esas maravillas que vamos a pisar. ¡A ver si se creen que somos de piedra y no tenemos que pagar la hipoteca! Pero no os preocupéis, que aquí vuestro guía de confianza os trae la lista definitiva de países donde te van a pedir la cartera con más o menos disimulo, del más salado al más “asequible”. ¡Agárrense los machos, que vienen curvas (y euros)!
Si eres un viajero empedernido, de esos que disfrutan pateando el mundo y descubriendo nuevos rincones, ya te habrás dado cuenta de que el chollo no es gratis. Y no hablo solo del billete de avión, no. Hablo de ese impuesto misterioso que aparece en tu factura de hotel o, peor aún, en la entrada de alguna ciudad. ¡Es como el IVA pero en plan “aquí te pillo, aquí te cobro”! Pero no os preocupéis, que con este listado os vais a convertir en auténticos maestros de la supervivencia turística.
Los “Pata Negra” del Cobro (¡Prepárense!)
Bután: El rey de las tasas, ¡y de la paciencia! Si quieres ir a este rincón del Himalaya, te van a pedir unos 100 dólares diarios (o más, que esto cambia más que el tiempo en abril) solo por pisar su sagrado suelo. ¿La recompensa? Unos monasterios budistas de infarto y paisajes que te dejan con la boca abierta. Pero claro, ¡el paraíso tiene un precio de oro!


Nueva Zelanda: ¡La Tierra Media te da la bienvenida con un recargo! Aquí, si quieres ver las locuras donde Frodo y Gandalf hicieron de las suyas, te sueltan un buen palo con su Impuesto Internacional para la Conservación y el Turismo para Visitantes (IVL), que puede rondar los 56 euros. Eso sí, las vistas del Parque Nacional de Fiordland y los paisajes volcánicos de Rotorua lo compensan… si te queda algo para el café.


Países Bajos (Ámsterdam): ¡Ay, Ámsterdam! La ciudad de las bicis, los canales y… ¡el 12,5% de tasa turística! Sí, has leído bien, un porcentaje del precio de tu alojamiento. Es como si te dijeran: “Sí, sí, muy bonito el Barrio Rojo, pero el alcantarillado no se paga solo, colega”. ¿Quién se resiste a un paseo por el Grachten o a la casa de Ana Frank? ¡Pues toca apoquinar!


Japón (Kioto): La elegancia nipona también te pasa la cuenta. Si quieres pasear por los templos de Kioto y sentirte un samurái, prepárate para un recargo de unos 25 a 60 euros por pernoctación, dependiendo del lujo del alojamiento. ¡Menos mal que el Bosque de Bambú de Arashiyama es gratis para las fotos, que si no…!


Los “Ni Contigo Ni Sin Ti” (Aquí la cosa se suaviza un poco)
Grecia (Mykonos y Santorini): ¡Las islas griegas te invitan a la fiesta, pero con invitación pagada! Además de la tasa hotelera (que puede llegar a los 15 euros en hoteles de 5 estrellas), si llegas en crucero a Mykonos o Santorini, te clavan 20 euros extra. ¡Como si sus cúpulas azules no fueran ya suficiente atracción para vaciar la cartera!


Italia (Venecia): La ciudad de los canales ha dicho “¡hasta aquí!”. A partir de 2024, te cobran 5 euros por entrar si vas de visita diaria. ¿Un paseo en góndola? A pagar. ¿Una foto en la Plaza de San Marcos? ¡Pues con el recibo de la entrada en la mano! Eso sí, la magia del carnaval y sus puentes lo valen, qué remedio.


España (Barcelona): ¡Hombre, nuestra casa! En Barcelona, la tasa turística ha ido subiendo como la espuma. Actualmente, son unos 4 euros por pernoctación, sumado a la tasa autonómica. Así que, si quieres disfrutar de la Sagrada Familia o las obras de Gaudí, ya sabes, ¡a contribuir con el turismo local!


Portugal (Lisboa y Oporto): Nuestros vecinos de la Península también se han apuntado a la moda. En Lisboa, la tasa por pernoctación ha subido de 2 a 4 euros. En Oporto, igual. Así que, entre un pastel de nata y una visita a la Torre de Belém, te toca sacar la cartera. ¡Pero oye, un fado de consolación seguro que es gratis!


Los “Aver si Cuela” (Para los que van justitos)
Croacia: En este paraíso del Adriático, te piden un euro o dos por noche, dependiendo de la región y el tipo de alojamiento. Quieres ver las murallas de Dubrovnik o las Cascadas de Plitvice y te sueltan lo de la tasa. Pero vamos, que con lo bonito que es, casi ni te enteras. ¡Un precio mínimo por un viaje inolvidable!


Islandia: El país del hielo y el fuego te cobra unos 4,36 euros por noche en hoteles y alojamientos, y la mitad en campings. Si quieres ver la Aurora Boreal o el Círculo Dorado, pues eso, un pequeño extra. ¡Que mantener esos paisajes volcánicos y géiseres es un curro, eh!


Malasia: Aquí la tasa es de 10 ringgit malayos por noche (unos 2 euros y pico). ¿Quieres disfrutar de las Torres Petronas o las playas de Langkawi? Pues un eurillo más. Es un pellizco de nada, casi imperceptible, pero ahí está, como el granito de arena que no se ve pero suma.


Tailandia: El país de las sonrisas y el turismo low cost también se ha subido al carro. Te cobran unos 8 euros por entrada si llegas en avión y la mitad por tierra o mar. Una pequeña “colaboración” para ver los templos de Bangkok o las playas de Krabi. ¡Total, con lo barato que es el Pad Thai, esto es calderilla!


Conclusión: ¿La Tasa de la Felicidad Viajera?
Pues sí, amigos, la tasa turística es ya una realidad ineludible en el mundo del viaje. Es como el suplemento por la bebida en el restaurante, te fastidia, pero lo pagas. Al final, lo importante es que esos pequeños pellizcos sirvan de verdad para conservar esos lugares de interés que tanto nos gusta explorar. O eso esperamos, ¿eh?
Así que, la próxima vez que te encuentres con una de estas tasas, tómalo con humor español, como el que se ríe de sus propias desgracias. Piensa que estás invirtiendo en tu propia felicidad viajera, aunque te la cobren por fascículos. Y recuerda, el mundo está ahí para ser descubierto, ¡con o sin tasas! ¡A seguir viajando y a disfrutar, que la vida son dos días y el presupuesto es finito! ¡Nos vemos en el próximo destino… o en la próxima tasa!